El aire acondicionado del auto no solo brinda confort en los días calurosos, sino que también cumple una función clave en la seguridad y visibilidad, ya que ayuda a desempañar los vidrios en climas fríos o húmedos. Para que funcione correctamente durante todo el año, es importante realizar un mantenimiento periódico.
El sistema enfría el habitáculo mediante un circuito cerrado de gas refrigerante, que circula por componentes como:
El gas refrigerante absorbe el calor del interior del auto y lo expulsa hacia el exterior, bajando la temperatura del habitáculo.
Para asegurar un buen rendimiento y evitar reparaciones costosas, es recomendable:
·Revisar y recargar el gas refrigerante cada 1 a 2 años.
·Cambiar el filtro de habitáculo (antipolen) una vez al año o cada 10.000 a 15.000 km.
·Hacer un control de presión y fugas en el sistema.
·Limpiar o desinfectar el evaporador y conductos, para evitar malos olores y hongos.
·Verificar el funcionamiento del compresor y correas.
·No enfría o lo hace muy poco.
·Sale aire con mal olor.
·Ruidos al encender el aire.
·El compresor no se activa.
·El sistema funciona solo a ciertas velocidades.
Es el proceso mediante el cual se repone el gas refrigerante que se ha perdido con el tiempo (lo normal es una pequeña pérdida anual). Durante la recarga, también se suele:
·Aspirar el sistema para eliminar humedad y aire.
·Verificar que no haya fugas.
·Reponer aceite del compresor si corresponde.
·Comprobar presiones y temperatura de salida.
·Encendé el aire al menos 10 minutos una vez por semana, incluso en invierno, para mantener lubricado el sistema.
·Hacelo revisar antes del verano, para asegurarte de que funcione cuando más lo necesitás.
·Si no enfría bien, no sigas usándolo, ya que puede dañar el compresor.
